«De colecciones y coleccionistas»

En este interesante mundo de los coleccionistas de música popular hay temáticas para todos. Unos coleccionan música, otros atesoran fotos, partituras, cancioneros, autógrafos, adaptadores, portadas de discos y hasta las fundas de papel donde venían los singles de 45’s o 78’s. Pero lo que de seguro no sabías es que también hay quienes coleccionan limpiadores. ¡Sí! Esas pequeñas motas o felpas para quitarles el polvo a los vinilos. Y no nos referimos a los que se fabrican actualmente, que, aunque sean más sofisticados y tengan características muy útiles para quitarles la estática a los discos, carecen de la gracia y el encanto de los primeros.

Se cree que estos limpiadores comenzaron a introducirse a la par de la comercialización de los cilindros de Edison y discos en formato de 78 rpm. En Cuba fueron introducidos por las grandes compañías disqueras que dominaban el monopolio discográfico tales como Víctor y Columbia. Y éstos se expedían en los numerosos establecimientos de venta de discos y equipos que habían repartidas por toda la Isla. Claro está, cada una con un diseño en particular y promocionando la marca de discos que vendían.

En los últimos tiempos se ha abierto un mercado de colección para ellos, y no solo por lo atractivo de sus diseños sino también porque son una parte viva de las ya desaparecidas tiendas de discos donde podían ser adquiridos. Si hoy quieres encontrar uno vintage o de época debes remitirte a sitios de subastas en Internet como Ebay o Amazon.

Dada la poca disponibilidad de estos limpiadores o dust record cleaners en el mercado, hemos tenido que consultar colecciones privadas de personas e instituciones aficionados a la temática. A continuación solo estaremos exponiendo y comentando los manufacturados en Cuba, conscientes de que aún quedan muchos más por descubrir.

Limpiador de la Compañía Cubana de Fonógrafos

Este es uno de los limpiadores más atractivos y raros de la categoría, pues el elemento que capta toda la atención es el famoso perrito de la Víctor, Nipper, escuchando con atención el gramófono. Representa a la Compañía Cubana de Fonógrafos, S.A la cual fue fundada en 1908. Su sede estaba en la calle O’Reilly 89 y su razón de ser era la comercialización de discos, radios y tocadiscos de la firma Victor Talking Machine Company y años después de la RCA VICTOR.

La Viuda de Humara y Lastra era otro de los distribuidores de esta marca de discos.

Limpiador RCA

RCA o Radio Corporation of America por sus siglas en inglés fue fundada en 1929. En 1930 compró la compañía VictorTalking Machine Company y formó la RCA VICTOR. Se desconoce si este limpiador pertenece a ese único año en que se fundó.

Limpiador RCA Victor

Este tipo de limpiadores suelen encontrarse con facilidad, incluso hasta personalizados por la tienda donde se vendían. Los discos bajo esta marca gozaban de gran popularidad ya que la RCA Victor fue uno de los grandes monopolios musicales dentro del sector que grabó a gran variedad de músicos cubanos.  Los fonogramas y limpiadores se comercializaban en varios establecimientos tales como “La Estrella”, “Universal Music & Commercial Co”., “Bernardo Barrie”, por solo citar algunos. El limpiador más común es el de color amarillo.

Limpiador de la tienda de Bernardo Barrie

Bernardo Barrie fue uno de los propietarios de las tantas tiendas dedicadas a la venta de victrolas y fonógrafos. Sita en la calle O’Reilly 57. En ella se podían adquirir discos de las marcas Victor, Columbia, Odeon y Fonotipia. Poseía también una emisora radial en La Habana (2BB). Los limpiadores de esta marca son bastante escasos y los que datan de los años 20 al 30 suelen encontrarse en muy mal estado de conservación. No así, con los que circularon durante las décadas del 40 al 50.

Limpiador de la tienda «El Encanto»

“El Encanto” fue en su momento la tienda por departamentos más grande de Cuba. Se encontraba ubicada en la céntrica calle Galiano entre San Rafael y San Miguel. Fue fundada en 1888 por 2 asturianos que decidieron probar suerte en la Isla. Debido al éxito obtenido se fueron expandiendo hasta convertirla en un lujoso edificio de seis plantas y 65 departamentos. Fue muy visitada durante los años 50 por estrellas de Holllywood de la talla de John Wayne, María Feliz y Tyrone Powell. Uno de sus tantos departamentos era el de los discos, en los que podían adquirirse fonogramas de todas las marcas, radios y tocadiscos. Quedó totalmente destruida a causa de un sabotaje el 13 de abril de 1961 donde quedaron lesionadas varias personas y una de ellas perdió la vida. Actualmente el lugar es ocupado por el parque “Fe del Valle”, el nombre de la víctima que pereciera en el siniestro.

La fatídica historia de lo que fue una elegante y majestuosa tienda en los años 50 hacen de este limpiador algo muy especial.

Limpiador Columbia de la tienda «El Palacio de cristal»

«El Palacio de Cristal» fue un almacén al por mayor y de venta al detalle de artículos de loza, cristalería, ferretería, lámparas y otros. Tenía varias sucursales ubicadas en diferentes puntos del país tales como La Habana, Matanzas y Ciego de Avila. «El Palacio de Cristal» que estaba ubicado en la habanera calle Neptuno No. 502 expendía discos principalmente de la marca Victor.

De acuerdo con la dirección que ofrece este limpiador, se trata de uno de las tiendas ubicadas en Morón, Ciego de Ávila, a cargo de Benjamin Marban. La firma discográfica que representa en este caso es la Columbia.

Limpiador Panart

Panart, como todos conocen, fue un sello discográfico fundado en la década del 40 por Ramón Sabat. Fue el primer sello independiente cubano y desde su surgimiento fue visto con rivalidad por los grandes monopolios disqueros extranjeros Rca Victor y Columbia. Estos limpiadores generalmente abundan y llevan la imagen de Fernando Albuerne, quien fuera uno de sus artistas exclusivos en la década del 50.

Limpiador de la tienda «Goris Shop»

Estos limpiadores se podían adquirir en la tienda de discos propiedad del empresario Jesús Goris, fundador del conocido sello “Puchito”. Hasta el momento se conoce solo de la existencia de 2 diseños diferentes.

Limpiador Brunswick

La Brunswick-Balke-Collender Company fue otra de las casas discográficas estadounidenses que realizaron grabaciones a músicos cubanos desde principios de los años 20’s. Contaban con sucursales en la Habana y Santiago de Cuba para la venta y distribución de discos y fonógrafos.

Limpiador de la tienda «André»

André fue una famosa tienda de discos localizada en Galiano 260 durante los años 50, propiedad del norteamericano de origen judío Irving Price, también representante y distribuidor en la Isla de la marca discográfica Mercury.

Limpiador Seeco

La discográfica americana Seeco fue fundada en la década del 40 por Sidney Siegel. Su catálogo se especializaba en música latina, y gozó de gran popularidad en Cuba por grabar a varios de nuestros artistas, entre ellos Celia Cruz, La Sonora Matancera, Miguelito Valdés, Laito, Puntillita, etc.

Los limpiadores que aparecen regularmente bajo esta marca, portan las imágenes de Daniel Santos y Eva Garza. El diseño de éstos, es muy similar al de la tienda “El Encanto”.

Limpiador Decca

Decca fue un sello británico surgido en 1929. No fue hasta la década del 50 en que se asoció con la PANART y ésta obtuvo los derechos exclusivos para prensar música bajo su licencia. Este limpiador pertenece a esa etapa de consorcio.

Fuentes consultadas

1. Department of commerce. Radio Service Bulletin No. 93-117, The Bureau, Washington, January, 1925.
2. Enciclopedia Ecured. “Tienda El Encanto”.
3. Jiménez Soler, Guillermo. “Los propietarios de Cuba”. Editorial Ciencias Sociales. V Edición. La Habana, 2014.
4. Ministerio de comercio. “Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. La Habana 31 de octubre de 1958. No. 268
5. Osborne, Richard. “Vinyl: A history of analogue record”. Routledge, 2016
6. Reyes Fortún, José. “Música cubana: La aguja en el surco”, Ediciones cubanas, 2015.

Colecciones consultadas

• Colección de Gladys Palmera.
• Colección personal de Gabriel Mas.
• Colección personal de Leonel Orozco.

Agradecimientos.

Para la realización de este artículo quisiera agradecer la colaboración de Gema Castañedo, Alejandro Valencia, Rosa Marquetti, Gioser Travería, Claudia Acuña, Yasmani Tápanes y Ariadna Martin.