«Pacho y los discos Momo»

Cuba vivió una de sus épocas de mayor esplendor musical y artístico a finales de los años 50. La radio, la televisión y las vitrolas eran el detonante perfecto para que su gente bailara y riera. La música vibraba en cada esquina de bar y cantina con la sola inserción de una moneda en los traganíqueles. La fiebre del disco reinaba en la Isla y la oportunidad de poseer un sello disquero propio fue aprovechada por todos aquellos que decidieron incursionar en la Industria Musical. Algunos intentos resultaron fallidos, con catálogos que no sobrepasaron un fonograma y que pasaron sin penas ni glorias. Algunos otros con catálogos discretos, lograron grabaciones trascendentales y otros devinieron en grandes casas productoras con catálogos -hoy en día- de renombre.

Este desarrollo vertiginoso de la industria discográfica cubana se produce a finales de 1958. En gran medida, estimulado por el surgimiento de la Impresora Cubana de Discos S.A (ICD), una fábrica montada en la Autopista Nacional, para hacerle frente a la gigante fábrica monopolista de discos, Cuban Plastic and Record Corporation. Gracias a la gran capacidad de producción de la nueva fábrica, logran asumir las producciones fonográficas de las nuevas casas productoras que exponencialmente iban surgiendo. En noviembre de ese mismo año, casi coincidiendo con la apertura de la ICD, aparecen en las vitrolas, una nueva marca de discos: Producciones Momo. Una etiqueta que serviría para despegar la carrera de uno de los músicos santiagueros más queridos de nuestra Isla: Pacho Alonso.

Imagen: Pacho Alonso. Fuente: Facebook Marvin Jui-Pérez

Pacho había tenido una trayectoria respetable desde su natal Santiago de Cuba pero no había podido alcanzar el éxito que esperaba. Su paso por las orquestas de Pancho Portuondo, Chepin – Choven, y Mariano Mercerón le habían servido de cátedra. Y Santiago, aunque fue vital para su desarrollo artístico no pudo darle lo que quería, así que, con una orquesta ya conformada, se traslada a La Habana, capital de las oportunidades.

Álvarez Guedes y Ernesto Duarte cuando recién estrenan su firma discográfica GEMA en 1957, invitan a grabar al joven Pacho un single (G-1004) con el bolero “Serenata de Haití” y la guaracha “Mañoño”. Al parecer nada ocurre con este disco. Realiza otro intento para grabar bajo este mismo sello pero no logra llegar a un acuerdo con los gerentes. Mientras tanto, continúa presentándose en el Casino Deauville y un grupo de buenos amigos, con fe en el potencial de Pacho, reúnen 1000 pesos y se lo entregan. Es dinero suficiente para financiar una nueva empresa discográfica: Producciones Momo. 

Bajo este noble esfuerzo, Pacho Alonso y sus Modernistas realizan varias grabaciones que posteriormente les cambiarían el curso. Según las palabras del propio Pacho, el dinero recaudado de estos sencillos se destinaría en apoyo al Movimiento “26 de Julio”. La gerencia de los discos Momo, conformada por Marino Costales, Lázaro Pérez, Alberto Padrón, Edith Pi y el propio Pacho, optan por prensar los fonogramas desde la ICD. Es así que directamente de estas prensas a las vitrolas, comienza a circular el primer sencillo “Enferma del alma”, de Otilio Portal y “Dame un chance”[1] de Electo Rossell (Chepin). Su sencillo es del agrado de muchos y deviene en éxito rotundo.  Le seguirían “Lo mismo da” (guara-son), “Tú sabes mucho” (Bolero) (M-103), “En esa me voy” (Poutporri de ritmos orientales) y “Se tambalea” (guara-conga) (M-104).

Imagen: Discos MOMO. Fuente: Cortesía del coleccionista Didier Ferrand

Los discos Momo sacuden fuertemente las vitrolas, a la vez que van cocinando el ascenso al estrellato de un músico entonces subvalorado. A finales de 1959 le llegaría otra interesante propuesta de grabación bajo una nueva firma que trataba de hacerse un lugar entre tantas: Velvet. La nueva compañía de José Pages, apuesta por Los Modernistas y los invita a grabar, resultando un sencillo que contiene “Cena con Invitación” y “Como baila Simón”. Dos propuestas bailables en la voz principal de Ibrahim Ferrer (Bivin o Ivin), reforzadas en el coro por el potente Pio Leyva y el teclado mágico de Peruchín. Este disco no recibe la atención que merece, pero es hoy, tesoro bien disputado en el mundillo de la Melomanía y el Coleccionismo.

Imagen: Pacho Alonso junto a Eliseo Valdés. Fuente: Revista Show

Sin embargo, lo bueno estaría por llegar. Los temas para la etiqueta Momo llegan también a oídos de Eliseo Valdés, gerente de Discuba (RCA Victor), y éste decide incluir a Pacho entre los nuevos valores de su catálogo. Cerrado el contrato, comienza entonces su ascenso hacia el tan anhelado éxito. Eliseo ofreció grabarle un LP incluyendo varios de los sencillos que resultaron hits para la etiqueta de Pacho y sus amigos. La gerencia de Discuba adquiere las matrices de los números grabados en Momo y encarga la dirección y los arreglos al gran Bebo Valdés. El resultado es “Una noche en el Scherezada con Pacho Alonso”.

Imagen: Discos Discuba. Fuente: Colección Personal

Lo demás sería historia. Pacho se convierte en uno de los favoritos del momento. Sigue grabando sencillos y arrasa con los temas “Llorar es de hombre”, “No quiero piedras en mi camino”, “A cualquiera se le muere un tío”, “Sorpresa de harina con boniato” y “La pachanga”. Por este último tema gana un disco de Oro y se titula junto al Benny, La Lupe y la Aragón como los artistas que mejor venden para el catálogo Discuba. “Que me digan feo” (LPD-549) sería su segundo LP. Otro suceso. Le seguirían “A bailar con Pacho Alonso” (LPD-560) una producción que Discuba lanzaría desde el exilio.

Imagen: Benny, La Lupe y Pacho. Fuente: Facebook Marvin Jui-Pérez

La etiqueta Momo, una vez logrado su propósito, desaparece del espectro discográfico cubano. Hasta que en 1981 reaparece una grabación para este sello, pero desde Ecuador. Una producción en formato de larga duración titulada “Salsa explosiva” que reúne a Pacho y a su hijo, también músico, Pachito. Estas serían las últimas pistas que se arrojarían sobre esta etiqueta.

Imagen: Portada del disco Pacho y Pachito bajo la etiqueta Momo. Fuente: Colección Personal

Sin embargo, entre todas las propuestas musicales de la etiqueta Momo de finales de los 50’s, nos sorprendió la existencia de una grabación poco difundida. Se trata del sencillo M-102 con los temas “Mango Mangüe” y “Jeva” de la vedette Candita Vásquez, quien frecuentemente alternaba con el gran Benny en el Cabaret “Ali Bar”. Es este sencillo de 1959, posiblemente, el único intento de grabación que se le realizara a la vedette desde la Isla. Desde Venezuela, sería lanzado un Long Playing de ella junto con Billo’s Caracas Boys bajo la discográfica Venevox y más tarde se le perdería todo rastro de las luces y los escenarios.

Imagen: Candita Vásquez. Fuente: Facebook Marvin Jui-Pérez

Imagen izquierda: Candita Vásquez firmando contrato de grabación con los gerentes de discos Momo. Fuente: Revista Bohemia

Imágenes derecha: Grabaciones a Candita Vásquez. Fuente: Colección Gladys Palmera

---

Agradecimientos:

Doris Ramos; Didier Ferrand; Rene Espí

---

Fuentes consultadas:

Libros

1. Depestre, Leonardo. “Homenaje a la música popular cubana”, Editorial Oriente, 1989

Revistas

1. Revista Bohemia 22 de Febrero de 1959 Nro. 8
2. Revista Bohemia 8 de Marzo de 1959 Nro. 10
3. Revista La Jiribilla. “Pacho Alonso, Naturalmente” por Sigfredo Ariel, 2018. Disponible en http://www.lajiribilla.cu/pacho-alonso-naturalmente/
4. Revista Show No. 73, Marzo 1960, Año VII
5. Revista Show No. 79, septiembre 1960, Año VI

NOTAS

---

[1] Este tema más tarde lo versionarían, Tata Ramos con la Orquesta de Ernesto Duarte (Duarte, 1961) y Amaranto y su banda de Cárdenas (Egrem, 1965).